Otra preocupación importante destacada por este estudio es que el riesgo cardíaco no se distribuye equitativamente entre la población. Si bien la cantidad de adultos caucásicos con una salud cardiometabólica óptima ha aumentado con el tiempo, la tasa ha disminuido ligeramente entre otras razas. Y, en general, los estadounidenses hombres, negros, mexicanos o mayores tienen menos probabilidades de tener una salud cardiometabólica óptima que las personas con otros grupos demográficos. El nivel educativo también parece ser un factor: sólo el 5% de los adultos estadounidenses con bajo nivel educativo gozaban de una salud cardiometabólica óptima, en comparación con el 10% de aquellos con educación superior.
La magnitud del problema es asombrosa y ha empeorado en los últimos 20 años. Las personas también pueden mejorar su salud cardiometabólica consumiendo una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, nueces, frijoles, semillas, legumbres y grasas saludables, y siendo más activas físicamente. La American Heart Association también ofrece una lista de comportamientos críticos para una salud óptima; En junio, el grupo añadió por primera vez a la lista dormir lo suficiente: dormir de siete a nueve horas por noche.
Mejorar la salud cardiovascular vale la pena desde el punto de vista físico e incluso financiero, ya que Estados Unidos gasta miles de millones de dólares al año en costos de atención médica relacionados con la dieta y pierde miles de millones en productividad en el lugar de trabajo anualmente. Sin embargo, para las personas, el valor es incalculable: la oportunidad de vivir una vida más larga libre de enfermedades crónicas.
