Este martes 21 de marzo comienza oficialmente la primavera, unos meses especialmente delicados para las personas con alergia al polen, ya que en esta estación confluye la polinización de muchas plantas. Además, Sequía, contaminación y aumento de las temperaturas. De media en toda la geografía española los niveles de polen aumentan.
Estas, entre otras causas, hacen que cada año crezca el número de enfermos, que en España pasó de 10-15% de población a principios de los años 90 a 25% en la actualidad. La verdad es que cada año hay más casos y se producen antes. Es un fenómeno que se está observando a nivel mundial. Hoy en día, las enfermedades alérgicas, en general, son la sexta enfermedad más prevalente en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que acaba de alertar de que representan una de las epidemias más importantes del siglo XXI. En concreto, se estima que en nuestro país hay actualmente entre ocho y diez millones de personas con alergia al polen, es decir, uno en cinco. La buena noticia es que cada vez más pacientes acuden antes al especialista, conociendo la eficacia de las vacunas.
múltiples causas
Como se explica para TU SALUD Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), este aumento podría deberse a múltiples causas. Además de los factores ambientales y climáticos, destaca que “a medida que haya un mayor control de las enfermedades infecciosas, la Sistema inmunológico En lugar de especializarse en combatir patógenos bacterianos o virales, se especializó en combatir alérgenos, por ejemplo”.
También explica que algunos estudios sugieren que un precursor de este aumento de casos puede ser el hecho de que cada día nacen más niños por cesárea “porque cuando un bebé nace por vía vaginal, toda la flora de la vagina pasa al sistema digestivo, el cual te permite comenzar a desarrollar todos los microbiota de tu intestino. Sin embargo, si no hay contacto con el canal vaginal, el niño puede tener deficiencias en su microbiota y mayores problemas para adaptarse a su entorno”, explica.
Hacia vacunas son el único tratamiento capaz de cambiar el curso de la enfermedad. Juan José Zapata destaca que lo fundamental en el caso de las alergias es hacer un buen diagnóstico y saber qué alérgeno concreto está provocando la polinosis para saber qué vacuna utilizar. “Las vacunas son una herramienta imprescindible”, insiste. Si un paciente tiene alergia al olivo, se le inyecta el olivo, para que su sistema inmunológico desarrolle tolerancia al polen de este árbol, lo que en otras personas ocurre de forma natural. Para que la vacunación sea eficaz y no haya recaídas pueden pasar de tres a cinco años. Destaca también que las garantías son mayores cuanto antes se inicia el tratamiento.
Las vacunas no son nuevas. Tienen más de un siglo. La primera vez que se prescribió un tratamiento con vacuna fue en 1911, a un paciente con alergia a los ácaros del polvo. Desde entonces, han experimentado grandes avances siguiendo la evolución de ramas de la ciencia como bioquímica o genética. “Ahora mismo se están fabricando vacunas muy bien diseñadas que son más efectivas y tienen muchos menos efectos secundarios”. Este último aspecto se logró, entre otras cosas, potenciando el polen natural con sustratos químicos desarrollados en el laboratorio. Sobre todo se ha avanzado mucho en la duración del tratamiento. Si antes era necesario vacunar cada semana, ahora hay aquellas que solo se ponen una vez al mes, aunque hay otras que solo requieren tres dosis por año.
Por supuesto, no deberían recetarse a personas con enfermedades autoinmunes o cáncer. Ni siquiera en pacientes con hipertensión o enfermedad cardíaca muy grave, al que no se le puede poner una inyección de adrenalina si se produce una reacción.
polisensibilizado
Este experto advierte que antes pacientes monosensiblesQuienes sean alérgicos a una sola especie de planta ahora podrán ser atendidos en consulta casos polisensibilizados. “Ahora”, explica, “una cosa es ser sensible a diferentes pólenes y otra ser alérgico, que es cuando aparecen los síntomas. Esto se determina mediante análisis y pruebas cutáneas y es decisivo para la elaboración de la vacuna.
Antes de que comience la polinización típica primaveral, es recomendable realizar un control de las mucosas y una prueba de función respiratoria, además de haber curado los procesos virales sufridos en los meses de invierno, ya que si la mucosa permanece irritada, en la cara polen, serán más reactivos y tendrán más síntomas.
Para afrontar esta temporada, también se recomienda conocer las predicciones de polinización por especie de planta y área. Los primeros pólenes que aparecen, a principios de año, son los de artemisia. Ahora el ciprés se encuentra en medio del proceso: en algunas ciudades ya se registran niveles máximos. En abril comienzan a polinizar las gramíneas y en mayo y junio se añade el olivo. También la falda. “Lo que provoca este calendario es que en los pacientes polialérgicos los síntomas se vinculan y la enfermedad se vuelve persistente”, revela Juan José Zapata.
Se acerca una gran explosión de polen
De acuerdo con José Miguel ViñasMeteorólogo, de momento las condiciones son favorables para que en las próximas semanas se produzca una gran explosión de polen, que se prolongará, al menos, durante el inicio de la primavera.
Según explica a A TU SALUD, lo peor que puede pasar para que se produzca una gran explosión de polen es la combinación de altas temperaturas y falta de lluvia.
Y así es, el ciclo seco que atraviesa actualmente el suroeste peninsular y Cataluña y varios grados por encima de lo habitual a mediados de marzo son el cóctel perfecto para que haya una polinización importante a finales de este mes y principios de abril.
El escenario climático actual es diferente al ocurrido el año pasado en estas fechas, cuando la primavera comenzó con muchas lluvias en el Mediterráneo y la mitad sur peninsular.
